LA PIEDAD Y EL CONTENTAMIENTO


1 Timoteo 6:6-8
1Ti 6:6  Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
1Ti 6:7  Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él.
1Ti 6:8  Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.
1Ti 6:9  Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
1Ti 6:10  Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
1Ti 6:11  Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.

INTRODUCCIÓN: ¿Qué es lo que últimamente te ha dado mayor alegría?, sí, lo sé ¿qué puede dar alegría en estas épocas pandémicas? Cuando prendemos el Tv o las redes sociales y solo vemos malas noticias (los contagiados aumentan, los muertos aumentan diariamente, y los otros problemas que no tienen tanta noticia), quizá nos de alegría los actos de bondad que vemos en medio de esta crisis, pero se va cuando vemos más malas noticias. Sin embargo en medio de esta cuarentena es cuando más debemos ponernos a pensar en qué cosas nos dan alegría y permanecer en esos pensamientos, pues cuando más contentos estamos y/o permanecemos, es cuando se vuelve más fácil practicar la piedad.
1.       ¿QUÉ ES LA PIEDAD?
La piedad es un rasgo espiritual del carácter humano, se podría traducir también como: Bondad, solidaridad, dedicación/devoción (a las cosas espirituales), en la Biblia, la palabra piedad es intercambiable con las palabras: Benevolencia, benignidad, compasión, misericordia.
En la Biblia encontramos muchos ejemplos de gente que muestra esta característica y de ahí podemos sacar un concepto más claro.
a.       Virtud que es inspirada por el amor a Dios a tener una tierna dedicación a las cosas que tienen relación con Él. Por ejemplo: la oración, predicación, la iglesia (sus autoridades, sus miembros, y todo lo que respecta a ella).
b.      Virtud que es inspirada por el amor al prójimo que se evidencian con actos de amor, de caridad, compasión, solidaridad y misericordia.
c.       Amor entrañable que consagramos a la familia y que se evidencian con actos, no solo de honra, sino también de retribución por lo que ellos hicieron por nosotros.
Con todo esto, debemos deducir que la piedad es una virtud primeramente mostrada por Dios hacía el hombre, y de ésta, tomamos de ejemplo no sólo como un concepto sino como una acción, incluso como una filosofía y forma de vida.
La doctrina o enseñanza de la piedad en el nuevo testamento a la que el apóstol Pablo hace referencia en sus cartas, tiene relación con una vida espiritual de práctica y no de conceptos, es una enseñanza puesta en acción, vivida, practicada, una persona de vida religiosa sincera; solo aquella persona es llamada piadosa.
Un punto importante a tener en cuenta de esta enseñanza, es que es una virtud, que al ser practicada tiene promesa de ser recompensada: 1 Timoteo 4:7-8 “Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo[a] para la piedad. Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura.”
Pero de nada me serviría practicar esta virtud si no hay contentamiento, eso es lo que dice 1Tim. 6:6. Por lo tanto es menester saber y entender qué es el contentamiento que nos hace ser piadosos.
2.       EL CONTENTAMIENTO
Vivimos en una sociedad llena de descontento, nos quejamos absolutamente de todo, estamos envueltos en el pesimismo y falta de empatía. Nos quejamos de nuestro trabajo, de nuestra familia, de nuestro salario, incluso de nuestra apariencia; con la queja viene el enfado, y con el enfado viene la amargura.
El contentamiento pues, así como la piedad es una virtud espiritual que proviene primeramente de Dios por lo cual es importante tratar de tener y mantener una relación con él para aprovechar de todo por esta virtud.

El contentamiento es aceptación; es reconocer que Dios ve y está en control de todo lo que pasa en nuestra vida y en toda su creación, y por lo tanto, implica que yo acepto con paz y serenidad cualquier circunstancia que llegue, sea buena o mala, porque no hay nada que ocurra que sea fuera de su voluntad para mi vida, la cual, en Cristo Jesús, es siempre buena, agradable y perfecta.

OJO: El contentamiento es diferente a la resignación, al fatalismo o la mediocridad: que no se confunda el contentamiento con el “qué le vamos a hacer” ni con el hecho de no hacer absolutamente nada, de quedarse sentado a esperar la benevolencia divina, tampoco en el hecho de pensar que como todo acabará y todo está en manos de Dios entonces solo hay que esperar. Eso definitivamente NO es contentamiento, es MEDIOCRIDAD.

El contentamiento está por encima de las circunstancias, no estar ligado a los acontecimientos o problemas. Podemos estar llorando la muerte de nuestros seres queridos, o lamentarnos por la situación mundial actual, pero al mismo tiempo tener paz, gozo, porque sabemos que todo está dentro de un plan divino y perfecto de Dios, esto definitivamente tiene que ver con una actitud resiliente que impulsa a la felicidad. “Lo que nos hace felices o desdichados no son las circunstancias, si no nuestra actitud frente a ellas” (Paul Tornier).

¿Cómo tener una vida práctica de contentamiento?
a.       Busca una vida espiritual acorde a lo que Dios quiere, recuerda que él está más cerca de lo que tú puedes pensar, sentir o creer.
b.      Aprende a contentarte: Pablo dijo: “He aprendido a contentarme con todo”. Es cierto, no es una virtud que venga de la noche a la mañana, esto va creciendo poco a poco y en la medida que vamos confiando más en Dios y en que él tiene el control de todo
c.       Busca el contentamiento más allá de la escasez o la abundancia; Dios no nos ha prometido riquezas y bienestar en este mundo. Pablo dijo que sabía vivir en escasez y en abundancia.
d.      Cuídate de la avaricia 1 Tim 6:9-10
e.       Confía en la providencia de Dios
Una vez desarrollado el contentamiento es cuando la piedad se vuelve prácticamente automática y al mismo tiempo se vuelve mucho más dichosa que practicarla por una simple espiritualidad o religiosidad.
RESUMEN: El contentamiento sin Dios es pura alegría pasajera. Practicar la piedad por costumbre es sencillo, dar limosna (lo que nos sobra) o ayudar al prójimo (sin que me cueste), pero practicarla después de haber entendido el contentamiento, la hace más sencilla, más virtuosa, más solidaria, más humana y al mismo tiempo, más espiritual.



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