LA SABIDURÍA QUE VIENE DE DIOS - Santiago pt 1

 

LA SABIDURÍA QUE VIENE DE DIOS

SANTIAGO 1:1-11

 

INTRODUCCIÓN:

GÉNESIS 50:14-21

El amor y el perdón de José a sus hermanos brotó de la humildad ante la majestad de Dios (¿acaso estoy yo en lugar de Dios?), y de la fe en la amorosa providencia de Dios. “Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien”, Los hermanos de José hicieron un astuto plan para destruirlo; pero, Dios había cambiado su mal por bien, y no solo el de José, sino el de mucho pueblo. En medio de las grandes pruebas que atravesó Dios permitió que las intenciones de simples hombres sean transformadas en experiencias que lo ayudaron a obtener sabiduría para así alcanzar la madurez plena.

 

SANTIAGO 1:1-11

En la carta de Santiago, encontramos un excelente manual de sabiduría dirigido al pueblo cristiano que va confrontando los nuevos momentos que surgen en la historia. Para nosotros que vivimos en tiempos de cambio y transición, esta epístola tiene gran relevancia.

 

Sabiduría quiere decir más que abundancia de conocimientos, más que mucho volumen de lectura. Quiere decir saber vivir, saber aplicar lo que sabes, poco o mucho, a tu manera de enfrentar la vida diaria. (Samuel Escobar, La fe viva que impulsa a la misión)

 

¿CÓMO RESPONDEREMOS CUANDO NOS TOQUE PASAR POR DÍAS DIFÍCILES?

La vida de José nos muestra una persona expuesta a los sufrimientos y a la vida difícil, que solo a través de la fe en Dios pudo desencadenar en algo mucho mejor.

La mayoría de cristianos en el mundo no han sufrido mucho por causa de su fe en Cristo, a lo menos en los últimos años y sobre todo en Latinoamérica. Últimamente, en medio de la pandemia se está sugiriendo decir que la iglesia está sufriendo persecución por parte del gobierno que, en medidas de prevención contra el contagio masivo de Covid19, prohibió las reuniones masivas y sobre todo el reunirse para cantar. A esto, muchos aludieron esta ordenanza como persecución lo cual está completamente alejado de la realidad y del verdadero concepto de la palabra y su significado para la iglesia. Podría hasta decirse que es un insulto rotundo para aquellos que murieron y mueren en verdadera persecución.

 

La iglesia cristiana en el primer siglo sufría muchas pruebas por causa de Cristo. En medio del sufrimiento aprendieron mucho en cuanto a ellos mismos y en cuanto a la verdadera naturaleza de su fe. ¿Qué estamos aprendiendo en medio de toda esta situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos? ¿Qué has aprendido en todo el tiempo de cuarentena? ¿Qué has aprendido en todo este tiempo de dificultad y necesidad?

Y aunque nuestras circunstancias sean distintas entre cada uno de nosotros, todos hemos pasado por días difíciles. La aflicción demuestra la verdadera naturaleza de la fe que profesamos tener en Cristo. Al estudiar esta carta a la iglesia en medio del sufrimiento, consideraremos la realidad de nuestra fe y su manifestación en medio de la aflicción en nuestra vida.

En estos primeros versículos, podemos ver 7 principios que nos ayudarán a sobrellevar los tiempos difíciles (Rafael Porter, Cuando aumenta la presión):

 

1.    El principio de la actitud positiva (Vs. 2): Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas; el pasaje no indica “confórmense con las pruebas” o “resígnense a ellas”, tampoco no dice “busquen pruebas para que estén gozosos”. La actitud positiva se basa no solo en el reconocimiento de la realidad de los problemas si no en el hecho de confiar en la soberanía de Dios, que él tiene el control absoluto de mi vida y de mis problemas. La actitud positiva no mira mis fuerzas, ni la magnitud del problema, mira a Dios, su soberanía y sus propósitos divinos. Esto da cabida para el siguiente principio.

 

2.    El principio de la perspectiva divina (Vs. 3): “Sabiendo que la prueba de vuestra fe, produce paciencia”, ¿quién es el que la produce? Es Dios mismo, quien permite problemas en nuestra vida con el fin de producir madurez, podemos regocijarnos porque nos damos cuenta del buen propósito de Dios para nuestras vidas. Dios manda tribulación para producir paciencia y esa paciencia, Dios la sigue trabajando hasta producir la perfección.

 

3.    El principio de la paciencia (Vs.4) “Paciencia en sentido bíblico no es la virtud que reprime los movimientos desordenados de la ira, sino la espera paciente del auxilio y del premio divinos prometidos a los atribulados” (Matthew Henry citando a Salguero)

“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” debemos procurar que la paciencia que Dios mismo produce en nosotros sea constante, perseverante hasta el fin, hasta llevar a cabo, a feliz término, su obra que es llevarnos a la perfección completa, a la madurez cabal.

 

4.    El principio de saber pedir (Vs. 5) “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Al enfrentar ciertas situaciones de la vida, es posible que a veces nos olvidemos que podemos recurrir a Dios, que hay un camino que se llama oración y que no es un atajo para evitar la dificultad, sino parte del camino mismo. El cristiano con una fe viva pide a Dios la sabiduría para saber cómo responder en medio de la prueba. Cuando no entendemos qué es lo que Dios quiere lograr en nuestra vida, ni cómo debemos responder en medio de la situación difícil, es ahí cuando por medio de la oración debemos pedir sabiduría, la sabiduría práctica que nos permite apreciar las cosas y los sucesos en su justo valor y en conformidad con la ley divina. La pregunta indicada no es “¿por qué?” la pregunta es “Señor, ¿Qué quieres lograr en mi vida, qué debo hacer en ésta situación para glorificarte?” frente a esta petición, Dios responde entregando sabiduría.

 

5.    El principio de la confianza en Dios (Vs. 6-8) Al pedir sabiduría, nuestra petición debe estar acompañada por fe, sabiendo que es Dios, nuestro padre. Es demasiado fácil que dudemos y discutamos. Luchamos con la esperanza de encontrar nuestra propia solución. Esta lucha produce confusión e inseguridad. Debemos dejar de luchar; debemos descansar y confiar en Dios. Cuando nosotros confiemos en Dios y esperemos su solución, habrá paz, seguridad y estabilidad. Es la falta de esta paz que produce inestabilidad y nos hace víctimas de las olas que nos arrastran de un lado al otro y esto, produce inconstancia en todos los caminos.

 

6.    El principio del contentamiento (Vs. 9-11) La capacidad para aguantar en medio de la prueba no depende de lo que uno tenga materialmente, depende del contentamiento con Dios y su plan para mi vida. El pobre puede jactarse de la vida de Dios en él. El rico tiene que reconocer que su riqueza material es temporal. Si el rico confía en sus riquezas, lo puede perder todo; así que, ambos, tanto ricos como pobres, tienen una base igual para regocijarse en lo que Dios les ha dado. No debemos depender de lo que tenemos, ni de las riquezas, ni de las posesiones, ni las circunstancias, estas cosas son temporales; pronto pasan, nuestro gozo debe depender de nuestra relación con Dios, así nunca se puede perder.

En una sociedad basada en el aprecio del triunfo material y del éxito económico, en el tener y disfrutar, es posible perder la perspectiva, y la sabiduría divina es que no perdamos la perspectiva: el contentamiento es una virtud que refleja profunda sabiduría. (Samuel Escobar, La fe viva que impulsa a la misión)

 

7.    El principio de la recompensa (Vs. 12) Finalmente, el hombre de la fe viva puede pasarlas pruebas porque comprende la promesa divina de las recompensas. Puede haber satisfacción en medio del sufrimiento, porque se espera el premio prometido. Se recibirá corona de vida. Su recompensa mayor, su corona, es la vida en sí, la vida eterna al final del camino, y una vida abundante, que vale la pena vivirla ahora.

 

RESUMEN: La sabiduría que viene de Dios inicia con las pruebas, pero debemos tener en cuenta que, así como con todas las dificultades que atravesó José, Dios las encaminó para el bien, así también el encaminará todas las nuestras a fin de producir paciencia y de esta, la madurez plena, procuremos pues poner en práctica estos principios para así lograr cumplir nuestro propósito de glorificar a Dios.

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