CONDUCIDOS EN TEMOR



ROMPEHIELO: ¿Cuál es castigo más severo que has recibido en tu vida?, ¿quién te lo dio?, ¿cómo te sentiste luego frente a esa persona, con miedo, respeto?, ¿volverías a portarte igual?
Los castigos rudos de tus padres cuando eras niño nunca los olvidarás pues esos te enseñaron a conducirte correctamente en el camino de la vida.
En este sermón hablaré sobre cómo y por qué debemos mantener nuestro cristianismo en temor a Dios
Primeramente daremos lectura a los 10 mandamientos y para esto vamos a Deuteronomio 5:6-21
1 Pedro 1:17-21 mencionar el cuadro anterior a estos vs.

1.       Vs. 17a. ¿Invocas a Dios como tu Padre?, ¿cómo lo haces?

La relación del cristiano con Dios es una relación de Padre a hijo, tenemos el privilegio enorme de ser considerados hijos de Dios y herederos, sin embargo, hemos perdido el sentido correcto del significado de PADRE. Actualmente los padres malcrían a sus hijos dándoles todo lo que ellos les piden camuflado con la palabra “amor”, además no corrigen a sus hijos y si lo hacen, no lo hacen bien. Esto ha ocasionado que actualmente en las iglesias se pierda el sentido verdadero de Dios como Padre, pues pensamos que de igual manera Dios actuará “amorosamente” con nosotros accediendo a todos nuestros berrinches y caprichos.
Sin embargo en este pasaje Pedro añade también que Dios actúa también como juez y es imparcial, y que seremos juzgados según la obra de cada uno, esto nadie lo debe olvidar, él es un juez justo e imparcial. Por un lado hemos de confiar en el amor de Dios como padre, sabiendo que él quiere nuestro bien siempre, pero que a la vez nos exige obediencia.
El juicio al que se refiere del cual Dios es imparcial, no es el juicio sobre nuestros pecados, ya que estos ya fueron perdonados, entonces; ¿sobre qué nos juzgará? 2Co. 5:9-10 sobre cómo condujiste tu vida en la tierra Rom. 14:10-12

Vs. 17b. ¿Qué significa condúzcanse con temor?

El temor a Dios es saber a ciencia cierta que él está ahí, a tu lado, observando todo lo que haces y lo que piensas, y bajo esa afirmación tu comportamiento es acorde con tus creencias. No es un mandamiento nuevo, el temor a Dios es una demanda de obediencia y de reverencia a todo lo que Dios es. Existe un cuadro específico de lo que Dios demanda en obediencia hacia sus hijos: su palabra. Dt. 6:1-9

La obediencia a Dios comienza cuando reconocemos al Decálogo como la pauta permanente de nuestro comportamiento. Pero nuestra obediencia debe ir más allá de la simple obediencia a los Diez Mandamientos.

Las advertencias a la obediencia en temor a Dios en las escrituras no se hicieron para hacernos reír, las advertencias en las escrituras están como un medio persuasivo precisamente para que nosotros tengamos TEMOR y no para tomarlas a la ligera

Vs. 17c. ¿Te conduces como ciudadano de este mundo o como peregrino en él?

1Pe. 2:12, Fil. 3:20 Recordemos que nuestra ciudadanía en este mundo es pasajera, que mientras vivamos aquí debemos conducirnos no como ciudadanos de este mundo si no como ciudadanos celestiales, ¿cómo crees que es la ciudad celestial?, ¿cómo crees que son los ciudadanos celestiales? Pues de esa manera tienes que comportarte en la tierra. El problema del cristianismo actual es que no quieren vivir como ciudadanos celestiales de manera espiritual si no solamente material, por lo que buscan solamente riquezas materiales y no espirituales aludiendo que como hijos de Dios no debemos ser pobres sino ricos, muchos predicadores se afanan en pedir diezmos y más diezmos en los que solo ellos se benefician engañando a muchos, les aseguro que lo único que han comprado es su propia condenación.

LAS ACTITUDES DETERMINAN TUS ACCIONES mantengamos una actitud de temor a Dios para actuar de acuerdo a su voluntad.

2.       Vs. 18. El temor a Dios y la vanidad de la vida

Pedro les hace recordar de dónde los rescató el Señor, y recuerda que una vida sin Dios no tiene valor, y esto ya lo dijo anteriormente el escritor del libro de Eclesiastés, el rey Salomón conoció muy bien lo que es pasar de una vida vana a una vida en temor a Dios. En su predicación él decía: vanidad de vanidades, todo es vanidad y aflicción de espíritu, sin embargo, en el cap. 12:13-14 termina su discurso aconsejando la obediencia y el temor a Dios. ¿Qué haces deleitándote en aquello de lo cual fuiste rescatado?, ¡Apártate ya! De toda esa vana manera de vivir aun siendo cristiano.

3.       Vs. 19 ¿Cuál es el precio del rescate de una vida vana?

Si pensáramos más seguido en esta pregunta, viviríamos en temor a Dios, si entendiéramos que la reverencia a Dios se basa también en el conocimiento de la maravilla que él hizo para obtener nuestra salvación nos motivaría a respetarlo por sobre todas las cosas.
Un ejemplo sobre esto ocurrió en el pueblo de Israel en Num. 16:30-35, cuando Coré y muchos hombres más intentaron rebelarse contra Moisés y Dios rescató a sus elegidos de manera grandiosa haciendo que la tierra se abra y los trague hasta el fondo del Seol a los que se rebelaron contra él.
Nada se compara a la salvación hecha por Jesucristo o incluso el castigo que hay para los que rechazan su nombre. Coré y los demás hombres abandonaron el temor a Dios y se rebelaron contra él. VOLVAMOS AL TEMOR A DIOS.

1Co. 10:1-12 Muchos hoy pueden decir o incluso enseñar que: “gracias a Dios estamos en tiempo de gracia” y “que el antiguo testamento no tiene valor en este tiempo.” Las advertencias a la obediencia en temor a Dios en las escrituras no se hicieron para hacernos reír, las advertencias en las escrituras están como un medio persuasivo precisamente para que nosotros tengamos TEMOR y no para tomarlas a la ligera
¿Sabes por qué la ira de Dios no cae sobre ti como fuego y te consume?, porque la ira de Dios ya cayó sobre Jesús en la cruz del calvario y ahí Dios descargó toda su ira contra el pecado, contra TU pecado.
Yo puedo gritarles, agarrarles de la camisa, sacudirlos, pero eso no tiene ningún efecto a menos que sea el mismo Espíritu Santo quien aplique su bendita palabra a cada uno de sus corazones.

Hb. 10:23-31: El cristiano no puede vivir como si las advertencias que están en las escrituras no fueran para él porque la salvación no se pierde o porque estamos en tiempo de gracia. Las advertencias están para hacerle ver que precisamente esos que abandonan la iglesia o congregación estuvieron un día ahí, por lo tanto hay que mantenerse firme y ¿cuál es la seguridad de salvación? justamente eso, es estar en ella y mantenerse y ocuparse en ella con temor y temblor (Fil. 2:12)

4.       Vs. 20-21. El amor de Cristo trasciende el tiempo antes y después y nos llena de esperanza

Jesucristo y los creyentes están en primer plano en el drama de la historia. El Todopoderoso determinó en la eternidad pasada que su Hijo viniera a pagar el precio de nuestra salvación. Mucho después, según el perfecto calendario divino, fue enviado al mundo en el momento exacto. El amor de Dios desde la eternidad, que incluye el sacrificio de su Hijo debe movernos a obedecerlo en temor. Los creyentes atribulados necesitan esperanza. No pueden sentirla ni tener optimismo a menos que confíen en la única persona que es inmutable y fiel, nuestro Dios todopoderoso.

CONCLUSIÓN: Prv. 1:7 El principio de la sabiduría es el temor a Jehová. Dios, nuestro padre, ha dispuesto todas las cosas adecuadamente para nuestra salvación, nos ha rescatado del pecado enviando a Cristo Jesús a morir por nuestros pecados, él pagó la ira de Dios y con su resurrección trajo consigo esperanza, gozo y paz perpetua para que nosotros, sus hijos, vivamos no como el mundo vive, sino que, guiados por su palabra preciosa vivamos en temor y reverencia a nuestro Padre celestial.
Queridos hermanos conduzcan sus vidas nuevamente en temor hacia Dios, conduzcan a sus familias, a sus hijos, a sus amigos hacia el temor a Dios, sin importar como te diga o vea la gente, es DIOS quien estará viendo tu actitud como hijo suyo.


Muchas gracias por mantener sus oraciones por mi, es un tremendo privilegio y responsabilidad grande para mi, estudiar y enseñar la palabra de Dios adecuadamente con mucho temor y reverencia, gracias a Dios que usa mi vida para enseñar a su pueblo aún en mi condición.

Soli Deo Gloria






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